La Soga

Hoy veía «La Soga» de Alfred Hitchcock.

  • Director: Alfred Hitchcock
  • Título original y año: Rope, 1948
  • Guión: Arthur Laurents, según la obra de teatro de Patrick Hamilton.
  • Actores: James Stewart (Rupert Cadell), John Dall (Shaw Brandon), Farley Granger (Philip), Joan Chandler (Janet Walker), Edith Evanson (Sra. Wilson)
  • Duración: 81 minutos.

Mi amigo Focus publica en su blog la lista de las 100 películas que se deben ver antes de morir.

Yo creo que no son más que diez, y que «La Soga» está entre ellas.

Basada en la obra de teatro «Rope’s end» de Patrick Hamilton, la película trata de dos amigos que asesinan a un tercero, como realización de un ideal de superioridad, para luego realizar una fiesta en que la mesa es servida sobre un cofre con su cuerpo dentro; y a la que están invitados -entre otros- su padre, su novia, la ex paraja de ésta, un profesor y bueno…, el asesinado, que nunca llega, pero que siempre está presente.

Técnicamente no tengo nada que decir, pues no se nada de eso. Supongo que Vieira (uno de mis mejores amigos) pudiera decir mucho al respecto; pues me han dicho que está llena de maravillas filmográficas.

La cantidad de temas que toca «La Soga» y el tratamiento que reciben, me parecen increibles.
Se podrá decir que es una simplificación del pensamiento de Nietzsche, que se lo reduce a lo más «escandalizador»; pero la efectividad de un pensamiento está también mediado por su impacto. Y el pensamiento de Nietzsche ha impactado profundamente la cultura desde la noción de superhombre; más allá de como ésta haya sido entendida.

¿Cuál es la moral del hombre superior?
¿Qué o quién es éste hombre?
¿Quién lo determina o define?
¿Cuales son lo limites de la socialización?
¿La Cultura es un avance o un retroceso respecto de lo humano?
¿Cuál es el origen de la moral y su verdadero lugar?

Si alguien piensa que -a está altura- es una locura reflexionar acerca del superhompre, que mire al lado y vea cual es la valoración de los intelectuales, de los artistas, de los hombres de deporte, de los militares, de los empresarios transnacionales, etc…, que tienen algunos medios o individuos; o incluso la valoración que muchos de ellos tienen respecto a sí mismos.
Y si extrapolamos todo esto desde el individuo a los colectivos, la cuestión da para mucho más…, sobre todo considerando nuestra historia reciente.

A 60 años de su realización sigue siendo una película de actualidad impactante.

Y eso es sólo la discusión más evidente que puede salir de «La Soga»; la teoría de la pesquisa que hay detras del accionar de Rupert Cadell (James Stewart) es un tema -ya- por sí mismo. Sin hablar de la misoginia siempre presente en el cine de Hitchcock, de la insinuación de la homosexualidad de los asesinos, de algunos maravillosos comentarios acerca del proceso creativo, etc.

Una maravilla de película.

El asunto es que si hay que ver cierta cantidad de películas antes de morir -aunque algunos crean que son cien y yo crea que no son más de 10- «La Soga» está, indudablemente, entre ellas.

La Soga – Alfred Hitchcock